martes, 29 de diciembre de 2009

COMPLICIDAD SINIESTRA


- Escuchas?- Susurró entre una sonrisa macabra.

Era el sonido de la muerte, inundando el ambiente de sombras que reinaba en el lugar.
La sangre se arrastraba suplicante entre la oscuridad y una tenue luz escapaba de la calle encontrando refugio en la inmundicia de la habitación.

- Escuchas? Es la muerte llegando por nosotras.

Dijo la más siniestra de ellas, mientras aún devoraba las entrañas de la última víctima.

- Tengo hambre, quiero más carne – dijo la más pequeña.

La más grande, tomó un hacha, se deslizó como una pantera, mientras una ruleta de sombras se formaba en su tétrica cara y su diabólica inocencia. En un movimiento fulminante como el viento, cortó el brazo de la pequeña, la sangre salió disparada en medio de un grito desesperado.

- Ya puedes comer – le dijo, mientras su mirada perversa y juguetona apreciaba el espectáculo carmesí.

En medio del dolor, la pequeña empujaba su masa corpórea hasta el brazo mutilado, lo sostuvo por unos segundos, apreciando, como el líquido rojo, aún caliente, pintaba telarañas. Lo admiró por unos segundos, lo olisqueó y fue abriendo lentamente su boca, clavando sus pequeños dientes en su brazo inerte y arrancando, primero de forma tímida y luego vorazmente trozos de carne muerta, de su propia carne.

- Escuchas pequeña? Es el sonido de la muerte que ya viene por ti. – habló la de cabello oscuro, mientras se acercaba con un cuchillo en la boca.

Los jadeos de la más grande se hacían más y más intensos, sacudían la habitación, los charcos de sangre vibraban. El cuchillo bailaba entre los dedos de una de ellas, la distancia se acortaba y la pequeña solo se limitaba a morder y mascar los trozos de su carne ensangrentada.
En un movimiento rápido y feroz, el cuchillo besó el cuello de la más pequeña y la cabeza de esta impactó en una pared. Hubo un silencio, las otras dos observaban con ojos expectantes el cuerpo decapitado, un fino hilo de saliva se escurrió por la comisura de sus labios, en un par de segundos las otras dos estaban devorando el cuerpo de la pequeña. Luego de saborear el cuerpo aún fresco, las dos se miraron con aire desconfiado, una tomo un hacha, la otra el cuchillo con el que había decapitado a la pequeña.

¿Quién seria la próxima? Aún tenían mucha hambre…
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(sesion fotográfica completa - http://www.hijo-de-ruta.blogspot.com/)