jueves, 19 de marzo de 2009

Corre Nena Corre...

La nena logra escabullirse de mis brazos y corre entre las sombras que la casa alberga en su interior. La pequeña llora, grita, eso me excita. No sabe a donde ir, mira a todos lados, no hay vuelta atrás porque yo estoy ahí, el afilado cuchillo que sostengo en mi mano pide a aullidos descontrolados volver a sentir sangre tierna, virgen.
Cierro los ojos y me dejo llevar por el olor de la niña, por sus chillidos pusilánimes, cada vez me excito más de sólo imaginar a mis manos reposar sobre esa tersa piel, a mis dedos deslizarse sobre cada uno de sus poros.
La nena corre, sube despavorida las escaleras, yo la sigo, cauteloso como un lobo acechando a su presa, a su indefensa y apetecible víctima.
Veo su pequeña figura subir las escaleras lo más rápido que sus delicadas piernas le permiten, veo su blanca piel y siento como algo se empieza a mover dentro de mis pantalones. La hora esta llegando nena…
Paso mi lengua por mis labios, sospechando vagamente el sabor de ese joven cuerpo.
La nenita llora, grave error pequeña. Me gusta que mis torturadas víctimas sientan la desesperación de sentirse atrapadas, imaginándose lo que les espera.
Pero no puedes intuir ni siquiera lo que esta apunto de suceder, ni en tus peores pesadillas me encontrarías. Yo no soy un sueño, soy real y lo que haré con tu delicioso cuerpo también.
Sus asustados ojos buscan una salida por donde huir, inocente. Mi casa es una fortaleza, no hay por donde fugarse y los pocos lugares para esconderse no son seguros, son refugios momentáneos que no aseguran que salgas incólume.
Mis piernas empiezan a moverse más rápido, impulsadas por el deseo delirante de bañarme en tus fluidos, en tu sangre.
La ingenua niña ingresa a una habitación pensando que ahí adentro encontrará la salvación. Ilusa.
No hay a donde escapes, lo sabes. Empieza a rogar por tu vida.
Escucho sus sollozos, sus súplicas, trata de gritar pero la misma desesperación la ahoga en esfuerzos vanos por pedir auxilio.
Ahora sólo escucho su respiración acelerada retumbar por toda la casa, ya no llora, solo trata de permanecer callada. Logro escuchar su agitado corazón, avivando así el afán de sentir su respiración en mi nuca y su desnudo pecho contra el mío.
Permanezco inmóvil en el marco de la puerta, el interior esta muy oscuro, sólo llego a observar algunas formas inciertas acentuadas por un discreto silencio que se esmera por reinar en la escena.
Inhalo fuerte, percibo su olor y mi cuerpo se estremece de la dicha.
Mientras doy un paso en el interior voy pensando en como mancillaré ese cuerpecillo, en como saciaré mi sed bebiendo de su sudor, sus lágrimas, su sangre.
Cierro la puerta esbozando la imagen de mis manos arrancando esa suave piel.
Ya no hay a donde correr nena…


sábado, 14 de marzo de 2009

Friday I`m In Love

Un viernes… fue la primera vez que caminamos juntos largas cuadras, en busca de nada en especial, solo de nuestra propia compañía, nuestras sonrisas tímidas, nuestras miradas coquetas y nuestra grata plática, hablando de todo y de nada.
Un viernes… las luces de la ciudad alumbraban nuestras cansadas y emocionadas caras, el bullicio de la vida nocturna compuesta por los alaridos de seres intranquilos pasando por nuestro lado, el séquito de coches uno tras otro encendiendo las arterias urbanísticas con sus vomitivas bocinas y centelleantes calcomanías, parecían al lado tuyo una gran orquesta predispuesta a acompañar tras una alfombra roja nuestro paso.
Un viernes…nuestras manos sostenían copas y brindábamos mientras seguíamos charlando, intentando conocernos más, intuyendo vagamente lo que uno sentía por el otro, o lo que estaba naciendo en aquel recinto, teniendo como fieles testigos de la suave marea de sensaciones a pinturas que parecían cobrar vida producto de nuestras risas, nuestras miradas, nuestros roces…
Un viernes….entramos en un lugar el cual no conocía, del cual me habían hablado pero no me había animado a entrar, tu me llevaste casi de la mano y nos introducimos en aquel espacio donde las luces de colores nebulosos se mezclaban con el sonido de una música a la cual no pertenecíamos pero sin embargo nos sentíamos identificados y extrañamente familiarizados.
Bailábamos como locos, tomando de una forma descontrolada y besándonos de una manera apasionada a la vista de todos aquellos incautos que nos miraban con cara de confusión, sin poder reaccionar de algún otro modo debido al alcohol que se había apoderado de sus frenéticos cuerpos.
Un viernes…nuestros cuerpos fueron a parar a una misma cama, exhaustos por el recorrido inesperado que nuestras piernas e impulsos nos habían invitado a seguir. Anhelando que al despertar volvamos a ver nuestros rostros serenos y llenos paz tras una noche intensa.
Un viernes…me aferre a mi almohada, tratando de llenar de alguna forma el vacío que me embargaba por la incertidumbre de no saber si mis sentimientos eran los adecuados y tus acciones las correctas. Esperando un halo de luz que me permitiera vislumbrar un camino en el cual pudiera sumergirme sin más que mis sentimientos y las ganas de volverte a ver.
Un día antes del viernes…mi corazón dio un salto producto del timbre de mi celular, deseando discretamente que fueras tú quien mandara el mensaje. Eras tú, y me pedías que sintonizara una radio local, me habías dedicado esa canción y mis venas volvían a transportar sangre a mi marchito corazón.
Un viernes… me di cuenta que el miedo que retenía nuestros sentimientos iba perdiendo su poder disipándose tras un manto de claridad.
Un viernes…me dijiste que querías estar conmigo.
Un viernes… nos dijimos un atropellado y ansiado Sí.
Un viernes…volví a amar.

[I DON´T CARE IF MONDAY´S BLUE,
TUESDAY´S GREY AND WEDNESDAY TOO.
THURSDAY, I DON´T CARE ABOUT YOU.
IT´S FRIDAY, I´M IN LOVE.
MONDAY, YOU CAN FALL APART.
TUESDAY, WEDNESDAY, BREAK MY HEART.
THURSDAY DOESN´T EVEN START.
IT´S FRIDAY, I´M IN LOVE.]

(THE CURE – FRIDAY I´M IN LOVE)